Artistic activism in recent Chilean protests: new solidarities between art and street
María José Barros
ABSTRACT
Based on the artistic actions displayed during the protests following October 18, 2019 in Chile, this article provides certain guidelines for approaching current artistic activism and reshaping the crossovers between art and politics. It is proposed that the social unrest has marked a turning point in terms of the political stance adopted by different Chilean artists, whose productions and public interventions surrounding the national contingency situation call on us to contemplate artistic practice as a collaborative and creative platform of resistance, from which to exercise political agency within the framework of post-dictatorial Chile. From this standpoint, the works of different creators and groups in support of the social movement (Ana Tijoux, Mon Laferte, LASTESIS and Delight Lab, among others) are analyzed, and a typology is proposed for identifying the main characteristics of artistic activisms.
KEYWORDS: activism; artists; public space; body; digital platforms
Keywords:
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1De acuerdo con Nelly Richard, el arte comprometido que existió en Chile antes de la dictadura se articulaba, fundamentalmente, desde la militancia partidaria de izquierda y la idea de que el artista debía “poner su creatividad al servicio del pueblo y la revolución” (Richard 2009). Como bien explica Nina Felshin, el activismo artístico es, efectivamente, un arte político al igual que el arte comprometido; sin embargo, este “no se concibe ya tanto como representación del sujeto de clase (a la manera del realismo social) sino como crítica de los sistemas de representación social (su posicionamiento respecto al género, los estereotipos étnicos, etc.). Tal transformación implica un cambio de posición y función del artista político” (97).
2Desde la crítica literaria, Rubí Carreño también aborda la noción de disidencia para referirse a las manifestaciones artísticas que ponen en escena subjetividades que se enfrentan al biopoder ya no desde el lugar de la víctima, la ruina o la melancolía, sino desde la reivindicación del cuerpo, el placer, la libertad, la creatividad o el baile. Es lo que Carreño denomina biopoética: “Un disidente sería aquel que cotidianamente enfrenta y resiste creativamente a los poderes fáctico que lo consideran mano de obra, residuo o, desde el plano de la representación, “el otro”. Dicho de otro modo, una biopoética es la respuesta artística al biopoder” (14).
3Retomo la idea del activismo comunicacional y mediático del artículo de Giorgio Strafella y Daria Berg sobre Ai Weiwei, artista visual e intelectual chino cuya apropiación de la Web 2.0 -principalmente Twitter y su propio blog- lo ha llevado a convertirse en “a pioner among civil rights activists who look to the Internet for new channels of resistance and dissent” (152). Si bien el uso de las plataformas digitales le ha permitido a Ai Weiwei soslayar la censura del régimen chino, los académicos plantean cierta inquietud sobre el impacto real de su activismo comunicacional más allá de los límites del mundo virtual: “His mode of activism, rich in communicative potential, is relatively poor in off-line action. [...] His bloggins and microbloggin may sow the seeds of the change he hopes for, but the effectiveness of communication activism is nonetheless limited insofar as it lacks offline, grassroots organisation and action, which is what the Chinese regime resists most strongly” (151).
4En su artículo sobre las Jornadas Nacionales de Protesta (1983-1986) que tuvieron lugar durante la dictadura militar, Viviana Bravo analiza las distintas estrategias desplegadas por los sectores de oposición para manifestar su rechazo al régimen de Pinochet. Una de ellas fue, precisamente, tocar las cacerolas a una hora acordada previamente, acto de complicidad colectivo y anónimo que para muchos marcó un hito en la lucha contra la dictadura al romper “el disciplinamiento sonoro impuesto por los militares” (Bravo 133). De acuerdo con la académica chilena, esta forma de protesta histórica tiene un origen popular, que se remonta al golpeteo de cacerolas realizado por las mujeres de los mineros del carbón perseguidos por González Videla en 1947, y que luego fue imitado por las mujeres de clase alta en tiempos de la Unidad Popular (134).
5Hombre de la primera línea que murió durante la manifestación del 27 de diciembre de 2019, luego de caer a un pozo electrificado mientras escapaba de la represión policial.
6En torno al trabajo performático de la Yeguada Latinoamericana y los cruces entre performance y feminismo, sugiero ver el artículo de Julieta Vásquez y Libertad Vidal publicado en la revista Index, específicamente, en el dossier Arte y Activismos en América Latina (2019).
7Gran parte de estas acciones han sido registradas por el productor digital Andrés Valenzuela Arellano, cuyas fotografías y videos se pueden encontrar en su cuenta de Instagram.
8En una suerte de manifiesto sin título publicado en The Clinic, LASTESIS se definen como “un colectivo interdisciplinario de mujeres de Valparaíso que, a través de la performance y otros recursos sonoros, textiles, visuales; llevan a la práctica teorías feministas” (6).
9En Teoría King Kong, Virginie Despentes relata cómo después de leer a Camille Paglia cambió radicalmente su manera de vivir y pensar la violación, pasando del tabú y la culpa a la posibilidad de recuperar su vida activamente: “Ella era la primera que había sacado la violación del horror absoluto, de lo no dicho, de lo que no debe ocurrir nunca. Ella hacía de la violación una circunstancia política, algo que debíamos aprender a encajar. Paglia cambiaba todo: ya no se trataba de negar, ni de morir, se trataba de vivir con” (51). La mirada de Despentes acerca de la violación se encuentra alineada con la posición de empoderamiento promovida por LASTESIS.
10Al respecto, sugiero consultar el artículo “Derribar símbolos coloniales: Un nuevo acto político que se suma en las protestas en Chile” de Paula Huenchumil, publicado el 8 de noviembre de 2019 en Interferencia.
11Un ejemplo paradigmático del globalismo utópico sería la performance Bed-in (1969) de John Lennon y Yoko Ono, artistas-activistas que hicieron circular su mensaje de paz en contra de la guerra y el imperialismo utilizando los medios de masas y estrategias publicitarias: “el ‘Bed-in’ ofrecía una crítica del orden social capitalista, pero al mismo tiempo participaba de él y contribuía a su espectáculo” (Harris 42).
12Desde el 19 de octubre hasta el 31 de diciembre de 2019, el colectivo ha realizado cerca de veinte proyecciones en total, emplazadas en Santiago, Valparaíso y Osorno. En su gran mayoría estas acciones consistieron en la proyección de textos, a excepción de dos trabajos que incorporaron otro tipo de elementos visuales. Me refiero a la intervención lumínica realizada en la Casa Central de la Universidad Católica el 25 de noviembre, donde se pudo observar la figura de Cristo con un ojo ensangrentado, en una clara alusión a las mutilaciones oculares perpetradas por la policía. También a la acción realizada en Osorno en defensa de las aguas, en la que se proyectaron mensajes en español y mapudungún e imágenes referentes a la cosmovisión mapuche. El video de esta intervención, titulado Ngen Ko, espíritus del agua, fue lanzado el 9 de enero de 2020.
13Estas acciones lumínicas encuentran su antecedente en las intervenciones públicas realizadas en dictadura por artistas como Alfredo Jaar, Diamela Eltit y Lotty Rosenfeld, así como en las obras de Raúl Zurita desplagadas en espacios abiertos que van desde el cielo al desierto de Atacama. En palabras de Octavio Gana: “Nos agarramos un poco del trabajo que hizo Raúl Zurita, entre otros, que trabaja la palabra mucho más allá de los libros: se va tomando la ciudad y el paisaje para poder extender el trabajo poético-artístico” (en Alonso). Más alla de la escena nacional, otros referentes importantes en el arte de la intervención lumínica son Jenny Holzer y Krzystof Wodiczko, artistas públicos que -de acuerdo con Daniel Makagon- realizan un uso alternativo de los medios “to mark urban space and disrupt every day life” (438).
14Sobre los actos de censura sufridos por Delight Lab y la declaración pública emitida por el colectivo, sugiero ver el artículo “Luz sobre luz: la censura a Delight Lab” de Francisco Villarroel, publicado en Artishock el 20 de mayo 2020.
15Resulta significativo reparar en que dos de estas instancias culturales utilicen la palabra “museo” para denominarse. Leo este gesto como una polémica o cuestionamiento hacia la institucionalidad del arte representada en este espacio de canonización, lo que a su vez se condice con los grafitis escritos en el Museo Nacional de Bellas Artes y Museo de Arte Contemporáneo durante el estallido, como por ejemplo “El arte para el pueblo”, “Me meo en tu arte cuico” o “Muerte al arte capital y burgués”. A fin de cuentas, estas acciones dan cuenta del agotamiento de una forma particular de hacer arte que, en el contexto de las movilizaciones, ha sido leída como una práctica elitista, despolitizada y mercantilizada encarnada en el museo.
16El 19 de febrero de 2020, las fachadas del GAM y el Cine Arte Alameda amanecieron pintadas en un claro acto de censura; sin embargo, ese mismo día distintos artistas y voluntarios se reunieron para realizar un valioso trabajo de restauración que trajo de vuelta las principales imágenes, íconos y consignas del estallido. Al respecto, sugiero ver el artículo “Artistas y transeúntes vuelven a pintar las fachadas del GAM y el Cine Arte Alameda”, de Catalina Mundaca y Francisco Oyarzún, publicado en Interferencia el 21 de febrero de 2020. Ahora bien, en el marco de la pandemia y el confinamiento, los muros de la ciudad han vuelto a ser borroneados, gesto que recuerda la higienización violenta de la ciudad impulsada por los militares en los días posteriores al golpe de Estado de 1973.
17Retomo esta frase de la performance El veroir empezó de Cecilia Vicuña, realizada el 14 de diciembre de 2019 en el GAM.
18La marcha del 25 de octubre de 2019, que reunió a más de un millón doscientas mil personas en la Plaza de la Dignidad, es un claro ejemplo de ello.
Received: March 30, 2020; Revised: May 05, 2020; Accepted: October 27, 2020
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