GALLEGOS CUIÑAS, ANA. THE ARGENTINE NOVELS OF THE 21st CENTURY. NEW MODES OF PRODUCTION, CIRCULATION AND RECEPTION
SARAH CENICEROS
1Grado en Filología Hispánica por la Universidad de Navarra, España y Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Granada, España. Correo electrónico: sarahceniceros96@gmail.com
GALLEGOS CUIÑAS, ANA. ., LAS NOVELAS ARGENTINAS DEL SIGLO 21. NUEVOS MODOS DE PRODUCCIÓN, CIRCULACIÓN Y RECEPCIÓN. ., , NEW YORK: :, PETER LANG, ,, 2019. ,, 160p. PÁGINAS
In The Argentine Novels of the 21st Century. New modes of production circulation and reception, Ana Gallego Cuiñas makes a tour through the new aesthetic proposals -and materials- of the Latin American narrative of the 21st century. Thus, the author’s contributions are based on an analysis of this new phenomenon under different perspectives. Thus, it carries out a literary journey of the Latin American narrative productions of the 21st century that have their own identity. On the one hand, authorship is in "feminine" -which implies the presence of women in the face of the Latin American boom, with men as protagonists- and, on the other, the (re)conceptualization of categories such as writer, reader, book and editorial -production and circulation modes. Thus, the author’s reading is not merely aesthetic but material since it determines the way of receiving and reading a work.
Within this perspective, Ana G. Cuiñas works a limited corpus of works to establish certain aesthetic lines. However, if any analysis of the 21st century Argentine novel is contextualized, special attention must be paid to a number of essential elements in order to draw some conclusions. In other words, the author highlights the importance of the economic aspect -material- in the circulation of new Argentine poetics, not only the symbolic one. Thus, the main contributions made by this book to the study of material are: the professionalization of the writer and his spectacularization; the change in reading experience from the private sphere to the public through literary festivals; the transformation of literature into "literary culture"; the phenomenon of independent publishing as an alternative to normative narrative and, in turn, as gatekeepers that allow writers access, once acquired symbolic capital, to major publishers and so on; Be able to access the category of "world literature" through its translation. By the end of
The book is divided into four chapters. In the first, the author provides a series of keys to understand the value of the literary object in the 21st century. Thus, in the preamble, it marks the variability in the judgment of literary valuation, always subject to economic and social factors, as well as the continuous dispute between academia and market. Within the market, the two frameworks from which literary objects can be valued are the global and the local. The first one responds to a desire to homogenize language and search for poetics that can be assigned to any territory, so that a deterritorialization occurs in order to produce a translatable literature and therefore worldwide. However, in the face of this hegemonic market, the local, formed by independent publishers, bets on bibliodiversity, that is to say, a national symbolic capital with an illegible language whose audience is specialized. After establishing the dichotomy between both markets, Gallego Cuiñas explains the mechanisms of the market to make an author and his work visible in order to increase their valuation, in contrast to the critics, who consider the text’s value "invaluable". The strategies of the market are thus based on novelty as an object of desire and on the spectacularisation of the author, through interviews, talks, etc., who is consumed at the same level as the work, while showing his research material, in a continuous search for anchoring fiction with the real, which leads to the revalorization of the genre of testimony and Latin American chronicle. Finally, the author leaves the role of literature valuation to new agents such as publishers, festivals and workshops-these two latter are addressed in the following chapters. It also clarifies the hierarchical positions within the global market, that is to say, Spain above Latin America, as well as the Spanish language occupies a lower position than the English on the access route to the
En el segundo capítulo, Gallego Cuiñas fija el corpus de obras y autores de su análisis bajo dos criterios: la primera publicación debe ser una novela, a su vez, publicada a comienzos del siglo XXI -como La Virgen Cabeza de Cabezón Cámara, El grito de Abatte, Opendoor de Havilio, La comemadre de Larraquy, entre otras-. Bajo este foco de análisis la autora analiza no solo las propuestas estéticas de la novela argentina, sino su posición política en el mercado. De este modo, considera como postura política su relación con la tradición -por lo que las emparenta con aquellos autores de la tradición argentina que (re)leyeron y (re)interpretaron su literatura en un espacio de resistencia "glocal"-. En este sentido, los autores citados, al igual que los escritores del XXI, se alejaron de estéticas canónicas -europeas- como el exotismo, la magia, lo primitivo, entre otros. Por ello, los nuevos autores latinoamericanos "rebuscan" en la tradición para encontrar un espacio desde donde ser leídos. De este modo, las obras que conforman el corpus de la autora comparten líneas estéticas como el cuerpo -objeto de consumo en la sociedad neoliberal-; la violencia, también ejercida contra los cuerpos; la frontera, ya no como límite entre barbarie y civilización, ya que están entremezcladas en una "civilibarbarie"; por último, la locura -barbarie- como otra vía de conocimiento.
En el tercer capítulo, la autora identifica los mediadores de la literatura argentina del XXI: las editoriales independientes, gatekeepers, los talleres literarios y los festivales de literatura. El primero constituye para Gallego Cuiñas un dispositivo que bien actúa como agente, filtro -acumulación de poder simbólico- de algunos autores y obras, que luego son traducidos y circulan en el mercado global; bien como vía de resistencia ya que dichas escrituras se construyen en virtud de representaciones de la realidad subjetiva y, por tanto, marginales. El segundo fenómeno, los talleres literarios, supone un particular espacio de productividad literaria. De este modo, los autores jóvenes latinoamericanos son talleristas -como Selva Almada- y, a su vez, recibieron formación literaria en talleres. Así, estos actúan como gatekeepers ya que se enseña a "escribir" y "publicar", al mismo tiempo que se generan más profesores de taller. Como bien dice la autora, el fenómeno del taller no ha sido objeto de investigación, a pesar de constituir un reflejo de la sociedad neoliberal y capitalista, es decir, sacar rentabilidad económica a la literatura como ejercicio enseñable, que desacraliza al autor y despoja a la literatura de su "aura" romántica. Por último, los festivales literarios se reciben como un acto de carácter público con el objetivo de ofrecer un mayor acceso a la cultura a todos los sectores de la población. No obstante, se convierte en un fenómeno que -desvinculado de lo comercial ya que apuesta por la cultura local- desliteraturiza y produce una performance en la que se entremezclan diversas artes en un espacio de comunicación y debate comunitario. Así pues, la autora apunta el cambio de la literatura -y la lectura como ejercicio privado, íntimo y solitario- a la "cultura literaria". De la mano de los festivales, emergen las listas de escritores como Granta o Bogotá39, ambas siguen valores de tasación neoliberal como lo nuevo y lo joven. Estas influyen en la formación del gusto literario, así como en la circulación de autores, pertenecientes a un ámbito nacional, en el espacio internacional.
Por último, en el cuarto capítulo, dedicado a la escritura de carácter feminista, la autora realiza un análisis, tanto de las estéticas de estas nuevas escritoras argentinas del siglo XXI, como de la implicatura política de sus obras. Cabe agradecer su franqueza en torno a la invisibilidad de estas autoras por parte de la crítica más consagrada. Así pues, la "literatura mundial" - aquella que la autora caracteriza como filtro homogeneizador de estéticas para favorecer su circulación- ha promocionado una serie de obras de autoras bajo roles estereotipadamente "femeninos" -propios de la perpetuidad de una sociedad patriarcal- como bien ejemplifica la autora. No obstante, las escritoras que irrumpen en este siglo promueven una lucha abiertamente feminista como Selva Almada, Chicas muertas, Samanta Schweblin, Distancia de rescate y Mariana Enríquez, Este es el mar. Dichas obras (de)construyen los temas de la escritura "de mujeres" para volver a reconstruirlos como la maternidad, el amor romántico y la violencia machista. De este modo, estas autoras escriben -como denomina la autora- desde la oscuridad, las sombras, es decir, aquello que no se ha mostrado, para buscar la desacralización de los topoi ya citados. Así, su postura feminista -de resistencia- es, claramente, política, frente a una sociedad civil que, tal y como muestra Almada en Chicas muertas no protege a las mujeres, las silenciadas, por lo que la violencia y el crimen se prolongan hasta el Estado en la impunidad y ocultación de la verdad. Por tanto, las autoras rechazan la única verdad de la sociedad patriarcal para poder mostrar así la otra verdad, las parcialidades, en definitiva, la oscuridad de lo sacralizado: la maternidad, el amor romántico y el cuerpo -este último como única verdad de una sociedad neoliberal.
Received: May 08, 2020; Accepted: May 09, 2020
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